A lo largo de nuestra historia hemos vivido cientos de
crisis. Durante las diferentes épocas, en los diferentes países e imperios y
por las razones más variopintas posibles. Si creéis que por haber vivido la
crisis del coronavirus, la crisis financiera del 2008, la crisis de las punto
com en el año 2000 o la del petróleo en los años 70 ya lo habéis visto todo, no
podéis estar más errados.
Mario Cano-Triguero Cruz - 13/04/2020 - Mota del Cuervo (Cuenca)
Nos situamos en Holanda a principios del siglo XVII. Por
aquel entonces Holanda era sin duda alguna uno de los países más prósperos y
avanzados del mundo. No sin razón se le llama a esta época "el siglo de oro
neerlandés". Una rica cultura, una economía fuerte y un poder de comercio naval
envidiado por la mayoría de países europeos. Tan lejos llegaban sus rutas
comerciales que empezaron a importar bulbos de tulipanes desde Turquía, sin
saber que esas bonitas flores les generarían una de las mayores crisis
especulativas de la historia.
Con la llegada de los tulipanes, los nobles y la clase alta,
enamorados por esos bellos colores, decoraban sus jardines con las llamativas
flores. La moda de decorar tu hogar con los tulipanes no tardó en extenderse a
la clase media, quienes con el afán de subir en la jerarquía social no dudaba
en gastar buena parte de su sueldo en bulbos de tulipán. Ese afán consumista se
vio incrementado por un virus llamado “mosaico”, el cual afectaba a los tulipanes
y sin matarlos les daba un aspecto aún más hermoso, destiñendo ciertas zonas y
dándoles formas semejantes a llamas.
Flores de tulipán afectadas por el virus mosaico. |
Esto provocó que sobre el año 1630 el precio de los
tulipanes empezase a subir. La gente lo consideraba una inversión segura pues
nadie esperaba que la demanda de tulipanes cayera. El precio siguió subiendo
durante los siguientes años. Los habitantes de Holanda ya no solo gastaban su
sueldo, si no que vendían tierras y propiedades para poder comprar tulipanes o
bulbos de estos con el objetivo de revenderlos meses después por mucho más. Tal
fue la obsesión y la subida de precios que se llegó a crear un mercado de
futuros para los tulipanes. La gente pagaba una prima para tener el derecho de
compra de los tulipanes que salieran y poder comprarlos al precio de mercado
actual en el futuro. Dicho así suena más complejo de lo que en realidad es, así
que veámoslo con un ejemplo:
Supongamos que hoy el precio de mercado medio de los
tulipanes es de 500 florines. Los cultivadores de tulipanes te daban la opción
de pagar ahora una prima de 100 florines para que dentro de un año cuando hayan
salido las flores tú tengas la opción de comprarlos al precio de mercado
actual, es decir, 500 florines. Como llevaban varios años aumentando de valor
de forma exponencial, era un negocio redondo. Al año siguiente pagabas tus 500
florines y podías venderlo inmediatamente después por 1000. Con una simple
inversión de 100 florines de prima más 500 por la flor, podías obtener 400
florines de beneficio.
La subida del precio de los tulipanes también dejó algunas
anécdotas curiosas, como la de un navegante que llevó nuevas y valiosas
mercancías a un comerciante. Este estaba tan agradecido que le invitó a su casa
para que comieran juntos. Todo iba bien hasta que el anfitrión en mitad de la
comida se excusó y dejó al huésped solo con un carísimo bulbo de tulipán. Por
desgracia al navegante le pareció una cebolla y decidió comérsela como
acompañamiento. Al final el comerciante le denunció por cometer un crimen grave
y el pobre navegante acabó varios meses en prisión.
Fotografía de bulbos de tulipán. |
El aumento de precios, tras 7 años de subidas
ininterrumpidas, vivió su apogeo en enero de 1637 cuando por razones que
desconocemos, el precio de los tulipanes se multiplicó por 20, llegando a valer
cada una de esas plantas lo mismo que una casa. Los especuladores, ya
percatándose de la burbuja colosal que se estaba formando, decidieron empezar a
vender y asegurarse el dinero. Hicieron bien pues en tan solo un par de meses
después, el precio de desinfló y cayó un 90%.
Las autoridades, los primeros días de bajada, dieron
comunicados diciendo que no había razón alguna para dudar de los tulipanes y
que no tenía por qué caer su precio. Pero la gente no les escuchó y empezaron
no solo a vender en masa si no a negarse a pagar aquellos que ya tenían
apalabrados.
Esta crisis os recordará a la crisis financiera de 2008 con
las viviendas o a la crisis del 29 con las acciones. El bien ha cambiado pero
la mentalidad humana no. Muchas veces la avaricia y la idea de ser “el tonto”
que no está consiguiendo dinero con algo cuando tus vecinos y conocidos no
dejan de hablarte de lo fácil y seguro que es, nos hacen perder la razón. Por
desgracia, este es un error que seguiremos cometiendo con toda seguridad.
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